A medida que las personas pasan más tiempo en las plataformas móviles, ya sea conociendo gente, jugando, comprando o visitando redes sociales, las organizaciones delictivas y personas inescrupulosas también buscan formas de obtener beneficios de la población que allí se encuentra.
Dado el cambio constante de las tecnologías móviles, los negocios que se desarrollan en ellas, tales como el marketing digital y la creación de nuevas aplicaciones, son el principal blanco de operaciones fraudulentas.
¿Qué hay de las redes sociales?
En este ámbito, uno de los principales focos de fraude son los perfiles falsos y la posibilidad de adquirir likes para posicionar una publicación. El problema está tan extendido, que hay cuentas especializadas en estas transacciones, e inclusive hay una máquina expendedora en los centros comerciales de Rusia donde puedes comprar 100 likes para tu publicación por 0.89 dólares.
Iniciativas como estas son consideradas fraudulentas y violan los acuerdos de funcionamiento de las redes sociales, haciendo más difícil diferenciar el comportamiento orgánico del inducido a través de cuentas fantasma y colocando a los influencers en una posición vulnerable.
Peligros en las aplicaciones
Si una compañía decide invertir en este tipo de marketing digital, debe considerar los riesgos. Una empresa puede pagar un servicio de publicidad a través de aplicaciones móviles y no recibir lo que está comprando, bien sea porque la información no está llegando al segmento deseado, o porque los clicks en las publicidades son realizados por programas automatizados y no por clientes potenciales.
De acuerdo con algunos reportes, el fraude en este tipo de plataformas llegó a costar hasta 16.4 billones en 2017. Según los expertos, no hay ninguna solución a corto plazo que pueda abordar el problema, en parte gracias a la manera en la que están construidas las nuevas tecnologías. En base a este conocimiento, es importante estar alerta a los posibles riesgos e invertir en proveedores con buena reputación que mantengan altos estándares de calidad y satisfacción del cliente. Esta es la única manera de prevenir y minimizar el riesgo de encontrarse con actividades maliciosas.